Con estos cinco consejos serás el rey del control de la respiración y tus pulmones no se van a interponer entre tu carrera y la meta.
- Practica tu respiración: antes de correr practica el cómo respiras cuando estés agitado. Acuéstate en el suelo con tu mano en el vientre y respira tan profundamente de modo que tu mano suba y baje al ritmo.
- Estírate estáticamente: esto te ayudará a calentar tus músculos y controlar tu respiración antes de correr. Camina, trota un poco, y tómate el tiempo necesario para concentrarte en el ritmo de tu respiración controlada.
- Escucha música: esto te servirá para controlar tu cadencia. Puedes guiarte con el número de pulsaciones que hay en una canción durante un minuto, lo que te ayudará a recordar cuando inhalar y cuando exhalar.
- Usa tu cadencia: corre manteniendo un ritmo controlado de acuerdo a tu respiración. Busca el ritmo que te haga sentir más cómodo y ajusta la cuenta de inhalación y exhalación de acuerdo al control que tengas sobre ésta.
- Usa la nariz y la boca: con esta técnica inhalarás la máxima cantidad de oxígeno. Si te sientes sin aliento cuando corres con la boca cerrada puede ser resultado de no estar tomando suficiente aire por tu nariz.